Despedida
Deja
que me lleve el sabor de tu boca;
que me sienta nieve, que me sienta roca.
Deja que me lleve el calor de tu pecho,
que sepas del frío que quedó en mi lecho.
Te dolerá el alma cuando yo me vaya
sentirás el frío que quedó en la almohada.
Tal vez algún día vengan los recuerdos
de los días tantos... los días aquellos...
Sentirás la angustia de todo mi llanto,
pero igual que la brisa, continuarás el paso.